El mundo es nuestra vida. El cielo amaneciendo ya va despertando la ciudad. Nosotros en la huida. Y nuestro coche va llenándose de música, volando hacia la última posible libertad.
El cielo nunca cobra la autopista, es gratis como el viento y todo queda atrás, todo pasó.
Ni un pelo de tristeza. Si huyes eres libre, dejar de ser un tĂtere y ser tan solo tĂş.
Buscando la libertad es imposible dar marcha atrás, volando rápido pasar el lĂmite de la maldita realidad. Da gusto respirar un aire limpio de verdad, agua para beber y pan para comer y lo demás vivir.
El mundo es nuestra casa, el cuerpo es nuestro hábito, y vamos acercándonos, soñando nuestro mar.
Buscando la libertad, acelerando por no frenar pasan las páginas entre la mĂşsica de nuestro Ăntimo C.D. Da gusto respirar un aire limpio de verdad, agua para beber y pan para comer y lo demás vivir.
Podemos comprender cualquier idioma que se hable con el alma. La vida enseña que el mundo es nuestro hogar y a donde quieras ir allá podrás vivir