Conquistador de amanecer, te vi nacer como una flor. La brisa tenue de tu voz, habló a mi oído sin pudor.
Sonrío sin dolor, y no tengo temor. Siento temblar el corazón. La realidad tomó el control; hoy mi alma se elevó llevándome hasta el sol. Nada es más fiel que esta pasión que brilla dentro de mi ser por ti.